domingo, 6 de febrero de 2011

GLOBERADAS LAS JUSTAS... (por Alfonso Candelas)

Este sábado hemos tenido la oportunidad de disfrutar de una de las etapas ciclistas más bellas de nuestro circuito. Nos dimos cita 17 Correcaminos en Estivella, con 4ºC a las 8:30 h. En grupeta y con charla animada nos dirigimos hacia Segorbe y Almedíjar. Aquí comenzaba el primer puerto de la jornada, con 6,6 km de longitud y recorriendo un paraje de alto valor paisajístico, es uno de los más bonitos de la Sierra de Espadán. En las primeras rampas se quedaron algunos, pero el grueso del pelotón fue ascendiendo a buen ritmo y sin demarraje alguno, quizá reservando fuerzas para el resto de la etapa que iba a ser de un total de 85 km. Del pelotón nos fuimos cayendo de uno en uno, pero siguieron a la cabeza casi hasta el final un grupito de 5 valientes: Salva, Mario, José Manuel (a partir de ahora alias "Lion"), Alfonso Laguna y José Antonio que al final hizo la goma. El último kilómetro se hizo más duro. A algunos nos motivaba dar caza al compañero que llevábamos delante, pero eso no era lo importante: reinaba el compañerismo.


Bajamos el puerto por el lado de Aín que de lo peligroso que es no te da ocasión para disfrutar su belleza. A partir de aquí comenzaron las globeradas. Primero a Joan se le cayeron las llaves del coche mientras iba en marcha, menos mal que las encontró. Luego Juan se pegó un leñazo en una placa de hielo que había a la entrada de Aín. Más tarde, nuestras figuras de la larga distancia (Salva, José Antonio, Roberto), que hicieron unos kilómetros más, se perdieron yendo a por agua y luego uno pinchó, así que no los volvimos a ver hasta la meta donde llegaron unos minutos después que el pelotón.


El pelotón se reagrupó en Chóvar, después de pasar el puerto de Eslida, y bajamos capitaneados por Mario. Sin gallitos en el corral fuimos todos en grupeta hasta casi el final.


Entre Soneja y Estivella pudimos asistir a un hecho sin precedentes: Héctor Chulià demarrando en un repecho para dejar cortado a Mario. El hecho se reprodujo en el siguiente repecho, lo que le valió al final el aplauso de la afición y la Mención Especial de Globero de la jornada.


Al final todos contentos. Ya eran las 13 horas pero bajo el cálido sol nos pusimos a estirar en el asfalto de la estación de Estivella, un poco reacios a abandonar la buena compañía y disfrutando del recuerdo de los mejores momentos del día.


Mención especial merece nuestro amigo Mario, el jefe de ruta, que clavó la etapa a 3:30 horas que era lo que pedía el entrenamiento. Estuvo muy atento a los compañeros rezagados y no hizo ni una sola globerada en todo el día.

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