lunes, 14 de marzo de 2011

EL DUATLÓN DESDE EL PUNTO DE VISTA DE UN "TRIATLETA"

Por Alfonso Candelas

Como bien sabéis, la natación es lo que mejor se me da y la carrera a pie es lo que peor se me da, y por eso soy mejor triatleta que duatleta, de ahí el título de este artículo. Pero he hecho este duatlón como un entrenamiento más que manda el trainer, eso sí, de calidad y dándolo todo.
Salí a sabiendas que llegaría a la T1 de los últimos y me lo tomé con calma. Eso no quiere decir que fuera tranquilo, pues el trainer tuvo la ocurrencia de hacer un entrenamiento funcional el jueves pasado que me dejó las piernas con unos dolores tremendos. Fuí casi todo el recorrido cerca de Jorge, uno de los nuevos que no conocía. Cuando llegué a los boxes me acordé de Domingo y Durán pues cuando ví colgadas las escasas 10 bicicletas que quedaban imaginé que mis sentimientos serían los mismos que los de ellos al salir del agua en un triatlón.
Subí a la bici y lo primero que hice fue comerme un plátano entero. Me fue bastante bien. Los primeros kilómetros son los que más me cuestan, por la transición. Los dolores se desplazaron de unos músculos a otros, pero pronto vi a lo lejos dos monos de Correcaminos y eso me espoleó.
Con qué poco se contenta un Correcaminos: el solo hecho de adelantar a un compañero te anima y renueva tus energías. Subiendo el puerto adelanté a cuatro: Paco, Vicente, Dukata y Héctor. Imagináos el subidón que me produjo. La bajada la hice con Vicente y Héctor y pillamos a Andrés, otro subidón. Ahora solo quedaba sacarles suficiente ventaja en la subida al segundo puerto para que en la carrera a pie no me pillaran. La vuelta se me hizo más dura pero aguanté los dolores de piernas. En la segunda bajada intenté estirar un poco las piernas y conservarlas para los 5k.
Eché de nuevo a correr con buenas sensaciones. Estaba a punto de cumplir, no solo el objetivo principal: acabar bien y sin parar, sino uno secundario: no acabar último de la sección. A falta de 500 metros aparecieron los temidos calambres. Bajé el ritmo pero no caminé ni un solo paso. 
Muy contento al cruzar la meta: satisfecho es la palabra.

1 comentario:

  1. lo que te pasa es que en los triatlones sales del agua escopetao, porque llevas a toda la jauría detrás soplandote el cuello, y el domingo te sentiste como un perdiguero cazando conejos. El mundo al revés.
    Hoy iban todos arrastrándose por nazaret. Los tenías que ver.
    Un abrazo, crack

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